Los retratos no obedecen a una serie o a una cronología histórica, sino a los requerimientos de las temporadas del Teatro que su Revista debe seguir fielmente.
Si agrupamos a los compositores de a pares, siguiendo la manera en que aparecen en este libro, podremos ver los sutiles hilos que unen a seres muy diversos que, sin embargo, compartieron un mismo marco histórico o cultural. En algunos casos, como Verdi y Wagner, o Ravel y Debussy, las parejas están “cantadas”; en otros, como Puccini y Massenet, o Sibelius y Williams, pueden sugerir un singular maridaje de sus músicas.
En el libro también hay un lugar para los intérpretes. Si bien el creador es rey, el intermediario, en este ancho y dispar mundo de la llamada “música clásica”, es el demiurgo que vuelve vibración el signo escrito.
Los dibujos de Sábat también señalan por sí mismos una escucha posible. Cada rasgo, cada mancha de color, cada detalle responden a una identidad sonora que el artista ha sabido rescatar con su trazo.